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Revisión de radiografía

Los implantes dentales son aditamentos a modo de tornillos cuya función es sustituir las raíces de los dientes perdidos. Tras su colocación hay un proceso de curación (Osteointegración) y transcurrido este se fijará la prótesis definitiva que sustituirá a las piezas perdidas.

Las técnicas han evolucionado mucho en estos años y son muy diversas, pero basicamente consiste en la introducción en el hueso del implante, generalmente de titanio (en casos de alergia se usan los de zirconio), y la espera de un tiempo variable hasta que se forma hueso alrededor de ese implante, produciéndose la osteointegración, momento en el que se puede cargar ese implante con la prótesis definitva que en cada caso esté indicada. Las características del implante también han evolucionado en forma, conexión, tipo de superficie...

Como comentaba, cada caso puede ser muy diferente en función de que haya piezas a extraer ó sea una zona anteriormente edéntula; de que haya hueso suficiente ó sea preciso hacer regeneración y/ó injertos y/ó elevaciones de seno; de la calidad ósea; de lesiones óseas previas (quistes, granulomas, dientes incluidos...).

La tendencia es hacia una cirugía mínimamente invasiva apoyada en la tecnología 3D, sin colgajo, con implantes inmediatos a la extracción, y dientes provisionales inmediatos (en la primera semana, incluso en el mismo día). Esto, que no siempre es posible, rompe totalmente con los protocolos anteriores (extracción, esperar al menos un mes, colocación de implante en una primera cirugía dejándolo sumergido, esperar unos seis meses en maxilar superior y tres en mandíbula, segunda cirugía para descubrir el implante y finalmente confección de la prótesis). Numerosos estudios avalan las nuevas técnicas aunque como antes decía, no siempre es posible y hay que recurrir a otros protocolos distintos individualizando cada caso.

Como se comenta en el apartado de prótesis, hay muchos tipos de rehabilitaciones con implantes:

Fija

Completa, parcial ó individual. Debería ser la primera opción siempre que tengamos un número suficiente de implantes (no necesariamente un implante por pieza) y no haya una gran pérdida ósea. Si bien la función se recupera, hay casos en que la estética puede estar bastante comprometida, sobretodo si hay grandes pérdidas óseas en frente anterior (por ejemplo en caso de pérdida de incisivos por accidente) y el paciente enseña "todo" al sonreir. Afortunadamente las técnicas quirúrgicas han evolucionado mucho y en la mayoría de los casos el resultado estético es satisfactorio aunque en algunos casos, sobretodo si hay defectos óseos verticales, la estética estará muy limitada.

Removible

Implantosoportada (completa ó parcial) ó Implantoretenida-mucosoportada (completa, fundamentalmente, pero también parcial). Están indicadas en casos en que el paciente, generalmente desdentado durante años y portador de prótesis completas, ha sufrido grandes reabsorciones óseas que nos obligan a suplementar la nueva prótesis para dar apoyo a las partes blandas: esto da lugar a un volumen importante de la rehabilitación protésica y dificulta mucho la higiene, por lo que puede estar indicada una sobredentadura que el paciente pueda extraer para poder realizar su higiene bucal.

También puede estar indicado este tipo de prótesis en casos en que no hay posibilidad de conseguir un número suficiente de implantes, ó en pacientes con poca habilidad manual ó trastornos motores que le impidan una higiene correcta. Y finalmente la limitacion económica del paciente es una razón suficiente para hacer un trabajo que no siendo el ideal, conseguirá no obstante que, en el caso por ejemplo del desdentado total inferior, con dos implantes pueda recuperar gran parte de la calidad de vida que había perdido.

Hay contraindicaciones para la colocación de implantes: individuos que no hayan terminado el crecimiento, hipertiroidismo, inmunodeficiencias, algunas enfermedades del metabolismo óseo -como osteomalacia, hiperparatiroidismo, osteoporosis aguda, neurofibromatosis con afectación maxilofacial-, algunas colagenosis, algunas enfermedades psiquiátricas, mala higiene sobretodo si hay enfermedad periodontal, radioterapia hasta un período inferior a dos años antes, lesiones orales preneoplásicas, grandes fumadores...

Es importante seguir unas escrupulosas normas de higiene, evitar el tabaco (es un factor de riesgo muy importante ya que, por encima de 11 cigarrillos/día, es mayor tanto la tasa de fracasos tempranos del implante como la de fracasos tardíos, pasando de un 2-6% en no fumadores hasta 9-15% en fumadores; el riesgo es mayor en maxilar superior que en mandíbula) , no someter las prótesis a un stress inadecuado distinto al de una masticación normal (y de alimentos normales).

Hacer revisiones periódicas, ya que el uso continuado y las fuerzas a que la prótesis estará sometida, dará lugar a un lógico desgaste de los materiales utilizados por lo que pueden ser necesarias futuras reparaciones.

Por otra parte es frecuente la aparición de mucositis, proceso inflamatorio que en muchos casos, sobretodo en el enfermo periodontal no tratado y en el fumador, puede llevar a la aparición de periimplantitis que cursan con inflamación y pérdida ósea y que si no son detectadas y tratadas a tiempo, pueden llevar a la pérdida del implante.

Esta periimplantitis, sobre la que hace unos años había muy poca información, es a día de hoy el problema más serio que puede padecer el paciente y es causa del mayor número de fracasos de implantes ya integrados, sin que haya de momento un tratamiento realmente efectivo una vez instaurado el proceso.

Los estudios sobre ella son sobretodo de la última década, y la causa sería multifactorial : a nivel del paciente los factores más importantes son la existencia de placa bacteriana, el tabaco, los antecedentes de enfermedad periodontal y la ausencia de controles posteriores. Ajenos a él serían el tipo y/ó la mala colocación de los implantes y/ó el mal diseño de las prótesis, de modo que el paciente no pueda realizar una correcta higiene; también es relativamente frecuente la aparición, en prótesis cementadas, de lesiones derivadas de restos de cemento que no se hayan podido eliminar.

El diagnóstico se hace a partir de una pérdida de 2 mms en cualquier radiografía respecto de la inicial (la tomada en el momento de colocar la prótesis) si ello va acompañado de signos inflamatorios.

La tendencia actual es un tratamiento radical que elimine la bolsa periimplantaria, junto con una implanto-plastia y descontaminación de la superficie. Sin embargo el pronóstico de la periimplantitis una vez instaurada es incierto por la posibilidad de recidivas.

Por esto el paciente debe entender que es fundamental buscar un equilibrio entre estética / función / e higiene de las prótesis. Y que posteriormente es imprescindible no solo el cuidado personal diario de estas sino el control periódico sine die por parte del profesional.

Podríamos considerar también un grave problema la aparición de tratamientos "low cost" en los que se hacen ofertas difícilmente rechazables (aunque en la práctica y con mucha frecuencia la diferencia de coste acabe siendo mínima) pero que renuncian en demasiados casos a muchos parámetros de calidad y seguridad, lo que hace que desde la aparición de este tipo de "ofertas" se haya disparado el número de reclamaciones y denuncias por fracasos y problemas en los mismos.

La mayor frecuencia en la aparición de periimplantitis unido a la difícil situación económica que se está viviendo, está contribuyendo a cambiar un poco la tendencia de los últimos años en el sentido de que los pocos problemas derivados del tratamiento implantológico hacía que en algunos casos se extrajesen piezas que podían recuperarse, aunque con tratamientos complejos (como podía ser una endodoncia seguida de una reconstrucción con espigas y una corona lo cual implicaba un tratamiento complejo, costoso y con un riesgo indudable de fracaso). Hoy se vuelve a poner en valor estos tratamientos conservadores dejando el implante como alternativa al diente natural, pero en ningún caso al revés como en muchos casos ha podido ocurrir.

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